Petro No Ha Perdido
Han pasado unos cuantos días desde que el desastre de “Paro Nacional” se calmó; las noticias ya no hablan de bloqueos, vandalismo, desmanes, abusos de la fuerza y la Primera Línea pasó a ser un grupito más de encapuchados. Ahora el corrillo popular dice que Petro es el gran perdedor del Paro, que la estrategia le salió mal y que cada vez pierde más fuerza; no podríamos estar más equivocados.
El Senador ha demostrado su maestría en manipulación de masas, nos ha enseñado cómo ser la mano invisible que controla a su secta por medio de ciertos “alfiles” que reaccionan a cualquiera de sus comandos y multiplican el mensaje de terror entre los simpatizantes. Así como lo enseñó Goebbels durante sus años de “jefe de prensa”. Todos los que no hemos caído en sus llamados a la peligrosa revolución que tanto ha pedido, estamos bajando la guardia, cada vez lo vemos más débil y cada vez nos alejamos más de la realidad. Estamos cometiendo errores que después vamos a pagar en hambre, pobreza y miseria.
Para nadie es un secreto que Colombia es un país sumamente dividido, que desde el fatídico Plebiscito nos partimos en dos; los del sí y los del no. Desde entonces nos hemos dividido más, hemos hecho sentir con más veras que para todo hay dos bandos, como si el país viviera en un constante partido de fútbol (Nacional - Santa Fé, por ejemplo). Petro lo supo leer, para él eso fue una revelación divina que le permitió terminar de afianzar y fortalecer su plataforma electoral que lo va a llevar a la Presidencia si no nos ponemos las pilas. Estamos joches.
Nos dejamos meter el cuento de que Petro está debilitado, nos creímos la jugada y eso lo vamos a pagar. El senador tenía calculado convertir la pandemia y el Paro en una guerra a muerte entre ricos y pobres, blancos y negros, citadinos y campesinos, colombianos y colombianos… . Nos dejamos convencer de la “debilidad” para que el exalcalde pudiera trabajar sin levantar sospecha, para que los contradictores pensáramos que él estaba dando patadas de ahogado y nos enfrentáramos los del Centro, Centro-Derecha y Derecha mientras él seguía amasando votos. Lo estamos dejando prender más polvorines.
Petro siempre ha sido un político de odios, para él la forma más fácil de llegar al poder ha sido dividir, llenarle el corazón de rabia y rencor a la gente con el “abran los ojos”. De un día para otro logró que sus aliados convirtieran al empresariado, los productores y empleadores en la imagen del mismísimo diablo. Él está jugando a lo que mejor sabe; dividir para triunfar y nosotros le estamos haciendo cuarto.
¿Qué mejor ejemplo de esto que los bloqueos y el Paro en Cali? Mientras el Senador sesionaba desde los románticos aires italianos, daba instrucciones precisas en Twitter. Le echaba más gasolina a un incendio que costó vidas y miles de millones en productividad, desarrollo y empleos. Logró sacar a la gente a la calle, a enfrentarse con la policía, otros ciudadanos e incluso llegar a extremos de sangre y muerte. ¿Se les olvida el bebé que murió porque no dejaron pasar la ambulancia? A mí no, y creo que ese es el mayor ejemplo de lo que ha logrado el exguerrillero; enardecer tanto el odio de la gente que ni las vidas de los bebés valen. Nos vamos a dejar meter un golazo mientras el arquero pelea con el equipo.
Pilas, porque ese monstruo todavía está vivo, estamos a tiempo de atajarlo pero sigue respirándonos en la nuca.
